La primera jornada

 

 

En el día del señor, 3 de febrero del año 2022 después de Cristo, un grupo de hombres entre los que algunos se conocían mucho y otros no tanto, se jugó un partido de fútbol.  El partido en cuestión se jugó siendo 9 (nueve) los participantes. Uno de los que iban a participar faltó y otro se debió ausentar por la plaga. Aún así, 9 (nueve) fueron los jugadores. Y fue parejo.

En uno de los equipos jugaron los hermanos Lumerman y los hermanos Ciruzzi, a quienes se les sumó Lucas. En el otro equipo, Matías, Lucas (el otro Lucas), Julián y Mauro, hincha de River Plate. Debía venir uno más pero no apareció.

Más allá de la diferencia de jugadores, se dió un partido parejo, quizá por la falta de forma de algún jugador, que puedo ser yo (por covid y consumo de sustancias, o quizá por inocencia, cosa que comparto con algunos compañeros). 

Pero el partido no fue displicente. Uno de nuestros hombres fue "fuerte" contra uno de los suyos. Y lo digo entre comillas porque no fue así, más bien, el damnificado puede haber sentido un roce y se tiró, como hacen algunos jugadores, lo que está bien: es un estilo. Entonces uno de los nuestros peleó por ello, lo puso sobre la mesa. Y hubo una discusión. Uno dijo que eso era basquet, el otro dijo  que no. Yo no opino, pero en realidad sí.Y se vivió un momento de tensión.

Después quise yo frenar con el conflicto, pero a poco de lograr un momento de tranquilidad, trabé a uno de los jugadores del pleito y se vió lo que es una falta, de verdad. Pero la respuesta fue amorosa. 

Tal vez haya que aprender cosas, reaprender lo que es el futbol amateur. Y quizá estamos viejos, pero por ahí no.

Años atrás jugamos fútbol sin conflictos, y se moralizó sobre él, dictaminando leyes desde una perspectiva moralizante que tal vez hoy no sea funcional. No lo sé. Veremos. Queremos jugar, y somos distintos. Parati Milites.