Lluviecita
Cuando el fútbol te reclama, hay que estar ahí. Incluso si llueve. Y hoy llovía. Parte del equipo médico del hospital "Castro Rendón" se presentó en la cancha para reemplazar a los que no pudieron (o no quisieron) estar hoy.
Es cierto que el frío quita las ganas de jugar: uno podría ver una película en la comodidad de su hogar, o simplemente dormir.
Lo que es verdadero es que la noche no estaba tan fría, y la lluvia era finita. Y jugamos. Fuimos 5 contra 4 y ganó el equipo de 4. Ganó bien.
Fue el equipo de cuatro el victorioso porque tuvo serenidad en los momentos en los que debió tener serenidad. Perdió el equipo de 5 porque quizá prevaleció la negativa al esfuerzo físico en algunos casos, y en otros sobró el esfuerzo físico y faltó la pausa.
Lo cierto es que de cualquier forma, fue un gran partido, divertido, lleno de jugadas, con dos penales (uno bien definido y otro malogrado).
El complejo estaba casi vacío, pero lo llenamos de fútbol. Si hubiera un dios (y pongo dios en minúscula por respeto a quienes no creen), o un ser superior que nos contempla, hubiera gozado con nuestro juego.
Al final, hubo cerveza y tres potenciales jugadores para completar esta infructuosa lista, llena de personas pero carente de entusiastas que quieran jugar incluso si hace frío.
Diabolum sacrificii satisfactio.
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